VIERNES

Posted In: . By M.Ig. Miranda

VIERNES

Un Viernes más. La noche de la alegría y la fiesta ha llegado otra vez. Pero…¿esto es fiesta? ¿Es alegría? La última semana, por decir alguna y marcar un momento en la línea del Tiempo, fue como la mayoría de las anteriores. Llegó el Fin de semana y salgo con los “amigos” (quizás sean simplemente compañeros de copas), y poco a poco, “estación tras estación”, garito tras garito vamos tomando copas.

Primero comenzamos con unas cañas; después, a veces sin pasar por casa; subimos un escalón más, y tomamos al más fuerte. Quizás algún licor, o tal vez, alguno más “hombre”, pasa directamente a los combinados, a los cubatas. Y así hora tras hora, día tras día, un fin de semana sí y otro también, … hasta que en las últimas horas del Domingo, ya sin conciencia de ser uno mismo. Regresas a casa, o quizás te llevan.

Al día siguiente, tras la marcha de la luna y cuando el sol ha salido por el horizonte, o tal vez … cuando ya se encuentra en su máximo esplendor. Te levantas, nos levantamos y vamos a “trabajar” unos; a clase otros y … han transcurrido cuarenta y ocho horas de nuestra vida, y nosotros sin enterarnos, sin haber vivido esos momentos, esas horas que no se volverán a repetir.

La euforia, la alegría del fin de semana en que ha quedado. Quizás en un inmenso dolor de cabeza, o tal vez en un “mal cuerpo”, en no poder hacer nada durante toda la jornada, ya que te sientes tan cansado que no te apetece ni respirar.

Pero ese primer beso robado a esa chica que tanto te gusta; esa sonrisa infantil y el brillo de sus ojos al mirarte, ¿dónde han ido a parar? …¿Recuerdas, acaso, el verde esmeralda de su mirada; o la suavidad de su sedosa melena morena; o el sabor meloso de sus labios; o …?


Quizás, ni recuerdes su nombre… pero así es tu vida ¿no?

Así te gusta vivirla… ¿Cómo vivirla? Así pretendes pasar tu existencia, sin darte cuenta de nada, sin saber, ni recordar los momentos más interesantes, los auténticos recuerdos que hay que ir atesorando en nuestra memoria. Recuerdos que van marcando nuestra existencia.

Ya todo ha pasado. De nuevo eres consciente de tus actos, de tus recuerdos, de ti. Pero ¿dónde has estado? ; ¿en qué mundo has pasado estas últimas horas? Tal vez si abandonas el alcohol, si dejas de tomar copa tras copa, quizás en ese momento recordarás dónde has pasado tantas horas, donde has estado en esos momentos de “lucidez etílica” y así comprenderás por qué el alcohol no sirve, no es la panacea, la solución a todos los males y problemas que puedes tener, además de no ser la única forma de diversión que existe en esta vida. Ya que para vivir maravillosas aventuras no es necesario, tu imaginación te puede llevar.

La vida es algo más que el alcohol. La vida es algo más que CH3 –CH2 -OH con otro liquido combinado. Y tú que eres joven y estás lleno de ideas maravillosas, quizás tengas alguna, por no decir cientos, para VIVIR tus ratos de ocio sin tener que depender de la copa para divertirte.



FIRMIN de SAM SAVAGE

Posted In: . By M.Ig. Miranda

Nacido en el sótano de una librería en el Boston de los años 60, Firmin aprende a leer devorando las páginas de un libro. Pero una rata culta es una rata solitaria. Marginada por su familia, busca la amistad de su héroe, el librero, y de un escritor fracasado. A medida que Firmin perfecciona un hambre insaciable por los libros, su emoción y sus miedos se vuelven humanos. Original, brillante y llena de alegorías, Firmin derrocha humor y tristeza, encanto y añoranza por un mundo que entiende el poder redentor de la literatura, un mundo que se desvanece dejando atrás una rata con un alma creativa, una amistad excepcional y una librería desordenada. Firmin ha sido un acontecimiento en mi vida de lectora, uno de esos raros encuentros con un personaje inolvidable. Original, chispeante y profundamente conmovedora, esta aguda fábula sobre la condición humana es un disparo al corazón. Rosa Montero Firmin no es un ratoncito humano, sino un ser humano en un cuerpo de rata. Esto lo hace áspero, patético, incómodo, sin la menor concesión al infantilismo y auténticamente poético.

Firmin es una rata de biblioteca, mejor dicho, una rata de librería. Un animal que se sueña mejor así mismo, y que encuentra en los libros la mejor de las gasolinas para el motor de su imaginación. Firmin es amante de la música y fan declarado de Fred Astaire y Ginger Rogers. La primera relación de Firmin con los libros es más bien prosaica. Debido a su inferioridad física en relación con sus hermanos, debe buscar desde muy pronto el modo de alimentarse lejos de la teta materna, para lo que recurre al papel de los libros a la venta en la librería en la que vive con su familia. Pronto descubre que cada libro encierra un sabor distinto, y enseguida da un paso más, aprendiendo que los libros alimentan mucho más leídos que masticados.

De él ha dicho Eduardo Mendoza que es “Un libro escrito para lectores, es decir, para gente que siente pasión por los libros y para quienes los libros son tan reales como cualquier otra cosa de la vida. Más reales, quizá”.

La verdad es que se trata de un buen libro, y así que agradezco que me lo recomendaran, que tiene algunos muy buenos capítulos, pero tengo un pero: hay muchos altibajos narrativos. Aunque no puedes remediar el encariñarte de esta rata tan poco corriente. Y mucha culpa de esto la tiene Sam Savage , y su forma de narrarnos la novela, todo mediante las palabras y pensamientos de Firmin , y de sus continuos "diálogos" con los lectores. Sea como fuere, lo cierto es que es una de esas joyas con las que de vez en cuando nos sorprende el mundo de la Literatura y con la que gozas leyendo desde la primera a la última palabra. Firmin nos hace ver la vida desde otro punto de vista, desde el punto de vista de una rata desdichada. Es un libro muy divertido. El dibujo de la portada vale por medio libro. Los dos (el dibujo y el libro), son enternecedores, melancólicos y con dosis de humor que, por no conseguir despejar la melancolía, resultan algo amargos.

Esta novela podría llamarse “el libro de los miles de libros”: El libro que Firmin escribe en su mente, todos aquéllos que va leyendo durante su vida, los que vende el librero en cuya tienda se aloja y los que escribe su amigo, un escritor excéntrico y amable, un poco borrachuzo y absolutamente genial.

En fin, como dice la solapa del libro que esta novela está llamada a convertirse en un símbolo del amor por la lectura, aunque tal vez «Firmin» no deje de ser otra curiosa fábula sobre la condición humana, otra dosis de existencialismo literario. O sea: bastante recomendable. Se lo recomiendo a todo el que quiera leer algo diferente, se trata de una atípica novela sobre la fascinación de la lectura y sus consecuencias más o menos existenciales. Como digo, “Firmin” es un monumento a la lectura, a su capacidad para hacernos más libres y mejores. Si tienen oportunidad, no dejen de conocer a este tipo. Estoy seguro de que les gustará.